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2024-12-31

Sor Juana Inés de la Cruz en los billetes de lotería

por

Daniel de Lira L.

Centro de Documentación Sor Juana

Universidad del Claustro de Sor Juana

Qué encantadores todos estos billetes de lotería con sor Juana al frente… este en particular del “martes diecisiete de abril de mil novecientos setenta y nueve” nos presenta un bien logrado grabado donde se reinterpreta aquel antiguo retrato de sor Juana de mediados de siglo XVIII, de Miguel Cabrera, original que conserva el Castillo de Chapultepec. En el equilibrio de sus colores nos miran atentamente los grandes ojos de la monja, ataviada con su hábito de gala, su rosario de quince misterios sostenido al hombro por esa cruz, su brazo y su mano un tanto teatralizada puestos sobre el libro y su medallón con el misterio de la anunciación. Toda esta estampa convertida ya en una linda curiosidad gráfica y popular con un saborcito de historia del siglo pasado.

La presencia de sor Juana, aparece sosegada en un marco que al pie enuncia su carácter de poetisa, con sus fechas de nacimiento y muerte (1651-1695), mientras que en el marco bordea su célebre redondilla: “Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón…” El grabador muestra en un “pergamino” las firmas que autorizan la circulación del billete y el retrato se recompone con la tipografía tradicional de la Lotería Nacional para la asistencia pública, con un fabuloso premio mayor de 20 millones de pesos del magno sorteo 153. La celebración a la que alude el 17 de abril corresponde a la fecha del fallecimiento de nuestra gran filosofa y poeta, completada con sus designaciones numéricas y su precio de 100 pesos.

La gracia de esta estampa nos trae a la mente aquel soneto a su retrato donde encontramos en su segunda cuarteta: Éste, en quien la lisonja ha pretendido / excusar de los años los horrores, / y venciendo del tiempo los rigores / triunfar de la vejez y del olvido…

Estos billetitos, este papelillo, es quizá otra emblemática referencia a su enorme poema El sueño, que según su aponte autobiográfico apenas lo reconocía como suyo. Sí, que gusto, qué placer ver todos estos papelillos que parecen venidos de un sueño, el sueño de la: Ohhh diosa fortuna… cargados de símbolos de identidad de los anhelos, de la tradición popular y desde luego, de los más exquisitos sabores y valores de la cultura de México y los mexicanos.